Anónimo

Diferencia entre revisiones de «Historia de la Zona Registral N° XII - Sede Arequipa»

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convirtiéndose en elemento indispensable de la gastronomía local y nacional por las cualidades organolépticas de la propia semilla de anís como magnífico digestivo y carminativo y, desde luego, como agradable pousse café.  
convirtiéndose en elemento indispensable de la gastronomía local y nacional por las cualidades organolépticas de la propia semilla de anís como magnífico digestivo y carminativo y, desde luego, como agradable pousse café.  
[[Archivo:ZR 12 - 06 - Registro Folio 185, Tomo 1, página 11, Asiento de presentación Nº 4.jpg|right|border|200px]]
[[Archivo:ZR 12 - 06 - Registro Folio 185, Tomo 1, página 11, Asiento de presentación Nº 4.jpg|right|thumb|Registro Folio 185, Tomo 1, página 11, Asiento de presentación Nº 4|200px]]
Al morir su padre, Manuel el mayor de los hijos varones— se hizo cargo de todos los negocios familiares. Con un manejo patriarcal de los negocios, fue el encargado de asentar la empresa familiar diversificándola y haciéndola crecer. Y no solo eso: estableció su apellido entre los más representativos de la sociedad arequipeña gracias a su filantropía y altruismo. Fue gobernador del distrito de Miraflores en 1891, demostrando ser un ciudadano colaborador y servicial con su comunidad. Su aporte a la industria y al comercio le valió la máxima distinción que otorga el gobierno peruano: la Gran Orden del Sol. Además, su preocupación por la educación de los futuros arequipeños, así como por el bienestar de los adultos mayores, lo llevó a crear la escuela que lleva su nombre y a edificar un pabellón de dos pisos en el asilo Lira, institución a la que siempre prestó ayuda. La Escuela Manuel Muñoz–Nájar —que hasta la fecha sigue funcionando se hizo realidad gracias a un antiguo anhelo de su benefactor, quien encomendó su dirección y administración a los Hermanos de las Escuelas Cristianas. En la escritura pública de su fundación, extendida por el notario González Grambell el 20 de abril de 1940, Manuel señaló: “Dedicada a la instrucción primaria gratuita de los hijos de Arequipa”.
Al morir su padre, Manuel el mayor de los hijos varones— se hizo cargo de todos los negocios familiares. Con un manejo patriarcal de los negocios, fue el encargado de asentar la empresa familiar diversificándola y haciéndola crecer. Y no solo eso: estableció su apellido entre los más representativos de la sociedad arequipeña gracias a su filantropía y altruismo. Fue gobernador del distrito de Miraflores en 1891, demostrando ser un ciudadano colaborador y servicial con su comunidad. Su aporte a la industria y al comercio le valió la máxima distinción que otorga el gobierno peruano: la Gran Orden del Sol. Además, su preocupación por la educación de los futuros arequipeños, así como por el bienestar de los adultos mayores, lo llevó a crear la escuela que lleva su nombre y a edificar un pabellón de dos pisos en el asilo Lira, institución a la que siempre prestó ayuda. La Escuela Manuel Muñoz–Nájar —que hasta la fecha sigue funcionando se hizo realidad gracias a un antiguo anhelo de su benefactor, quien encomendó su dirección y administración a los Hermanos de las Escuelas Cristianas. En la escritura pública de su fundación, extendida por el notario González Grambell el 20 de abril de 1940, Manuel señaló: “Dedicada a la instrucción primaria gratuita de los hijos de Arequipa”.
 
[[Archivo:ZR 12 - 07 - Barricas Anís Najar.jpg|left|thumb|Las barricas donde se almacena el licor de anís que produce la fábrica|250px]]
Aunque Manuel se desempeñó como gobernador distrital, el curso de su vida no derivó hacia la política. El 22 de octubre de 1902, “la bodega de la calle San Antonio en Miraflores, con sus licores y vasija (…)que pertenece al socio Manuel Muñoz–Nájar”, se convirtió en la primera sociedad inscrita en los Registros Públicos de Arequipa, cuyas oficinas se abrieron —como se ha mencionado— el 15 de enero de 1892. Esta sociedad, conformada por los hermanos Manuel y Octavio, duró hasta 1923. Una vez disuelta, el primero se reservó el negocio del destilado de anís que funcionaba bajo el nombre de Bodega Miraflores.  
Aunque Manuel se desempeñó como gobernador distrital, el curso de su vida no derivó hacia la política. El 22 de octubre de 1902, “la bodega de la calle San Antonio en Miraflores, con sus licores y vasija (…)que pertenece al socio Manuel Muñoz–Nájar”, se convirtió en la primera sociedad inscrita en los Registros Públicos de Arequipa, cuyas oficinas se abrieron —como se ha mencionado— el 15 de enero de 1892. Esta sociedad, conformada por los hermanos Manuel y Octavio, duró hasta 1923. Una vez disuelta, el primero se reservó el negocio del destilado de anís que funcionaba bajo el nombre de Bodega Miraflores.  


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La Negociación Ganadera Collacachi fue el principal negocio de los descendientes de Manuel Muñoz–Nájar Villalobos. Estaba integrada por una serie de fundos ubicados en el distrito de Chucuito (Puno). Producía y exportaba lana de ovejas y de alpacas. Otras de sus inversiones fueron la Negociación San Francisco Javier, hacienda ubicada en el valle de Tambo —que, como todas las de la zona, producía caña de azúcar—, y, claro, la Bodega Miraflores que para entonces se había convertido en Industria Licorera Manuel Muñoz–Nájar S. A.
La Negociación Ganadera Collacachi fue el principal negocio de los descendientes de Manuel Muñoz–Nájar Villalobos. Estaba integrada por una serie de fundos ubicados en el distrito de Chucuito (Puno). Producía y exportaba lana de ovejas y de alpacas. Otras de sus inversiones fueron la Negociación San Francisco Javier, hacienda ubicada en el valle de Tambo —que, como todas las de la zona, producía caña de azúcar—, y, claro, la Bodega Miraflores que para entonces se había convertido en Industria Licorera Manuel Muñoz–Nájar S. A.
 
[[Archivo:ZR 12 - 08 - Embotelladora de la marca Anís Najar.jpg|right|thumb|La industria se ha ido modernizando sin cambiar la esencia del producto emblemático de Arequipa|250px]]
Pedro murió en 1959. Cuatro años antes celebró el centenario del Anís Nájar y vio la primera botella del producto, pues hasta 1954 el anisado se comercializaba a granel. Después de vencer los naturales obstáculos y primeros contratiempos, el embotellado comenzó a hacerse el 6 de mayo en las mejores condiciones de calidad y presentación, habiéndose determinado como unidad de venta la caja con capacidad para una docena de botellas. Desde entonces el Anís Nájar adoptó un adjetivo característico y que hasta ahora se lee en sus etiquetas: “Insuperable”.  
Pedro murió en 1959. Cuatro años antes celebró el centenario del Anís Nájar y vio la primera botella del producto, pues hasta 1954 el anisado se comercializaba a granel. Después de vencer los naturales obstáculos y primeros contratiempos, el embotellado comenzó a hacerse el 6 de mayo en las mejores condiciones de calidad y presentación, habiéndose determinado como unidad de venta la caja con capacidad para una docena de botellas. Desde entonces el Anís Nájar adoptó un adjetivo característico y que hasta ahora se lee en sus etiquetas: “Insuperable”.  


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Este fue un paso muy significativo para el negocio familiar y puso en evidencia el espíritu emprendedor de quienes por entonces formaban parte del directorio de la empresa. Esa decisión  marcó el inicio, además, de un nuevo ciclo en la historia de la firma, que en medio de dificultades propias del contexto en que desarrolló sus actividades comerciales logró superar con éxito los  períodos de crisis económica y política por los que atravesó el país años antes. Estos cambios modificaron el rubro de la empresa Muñoz–Nájar, pero no alteraron su estructura y carácter familiar.
Este fue un paso muy significativo para el negocio familiar y puso en evidencia el espíritu emprendedor de quienes por entonces formaban parte del directorio de la empresa. Esa decisión  marcó el inicio, además, de un nuevo ciclo en la historia de la firma, que en medio de dificultades propias del contexto en que desarrolló sus actividades comerciales logró superar con éxito los  períodos de crisis económica y política por los que atravesó el país años antes. Estos cambios modificaron el rubro de la empresa Muñoz–Nájar, pero no alteraron su estructura y carácter familiar.
 
[[Archivo:ZR 12 - 09 - Entrada a la fabrica Anís Najar.jpg|right|thumb|El local de la fábrica está ubicado en el Parque Industrial de Arequipa|250px]]
El Parque Industrial, cuya gestación se originó durante el primer gobierno de Fernando Belaunde,fue llevado adelante y culminado en 1966 por la Junta de Rehabilitación y Desarrollo de Arequipa. Como se ha dicho, los Muñoz-Nájar compraron allí un terreno y en 1977 lograron trasladar la fábrica de la calle San Antonio en Miraflores —y sus legendarios alambiques— a un modernísimo y amplio local en dicho parque.  
El Parque Industrial, cuya gestación se originó durante el primer gobierno de Fernando Belaunde,fue llevado adelante y culminado en 1966 por la Junta de Rehabilitación y Desarrollo de Arequipa. Como se ha dicho, los Muñoz-Nájar compraron allí un terreno y en 1977 lograron trasladar la fábrica de la calle San Antonio en Miraflores —y sus legendarios alambiques— a un modernísimo y amplio local en dicho parque.  


El Anís Nájar no solo fue un complemento de algunos platos típicos de Arequipa sino que también se disfrutó como bebida espirituosa. En las conversaciones de sobremesa, era común que la gente mayor de la casa compartiera momentos inolvidables con una copa de licor de anís. Lo propio sucedía en las fiestas y las reuniones familiares, cuando a la vez que se rasgaban las guitarras cantando yaravíes y pampeñas se servía el anisado. De esa manera, el Anís Nájar se incorporó a la tradición culinaria de Arequipa y,en poco tiempo, formó parte de la mesa familiar de los arequipeños, quienes fueron los principales impulsores de la calidad del licor de anís, en el país y en el extranjero
El Anís Nájar no solo fue un complemento de algunos platos típicos de Arequipa sino que también se disfrutó como bebida espirituosa. En las conversaciones de sobremesa, era común que la gente mayor de la casa compartiera momentos inolvidables con una copa de licor de anís. Lo propio sucedía en las fiestas y las reuniones familiares, cuando a la vez que se rasgaban las guitarras cantando yaravíes y pampeñas se servía el anisado. De esa manera, el Anís Nájar se incorporó a la tradición culinaria de Arequipa y,en poco tiempo, formó parte de la mesa familiar de los arequipeños, quienes fueron los principales impulsores de la calidad del licor de anís, en el país y en el extranjero
 
[[Archivo:ZR 12 - 10 - Restaurantes y picanterías arequipeñas.jpg|left|thumb|Todos los restaurantes y picanterías arequipeñas sirven el emblemático anís Nájar|250px]]
Actualmente, la Industria Licorera Manuel Muñoz–Nájar S. A. está en manos de los miembros de la quinta y sexta generaciones de la familia, quienes han modernizado y diversificado la producción en varias marcas sin alterar la calidad de su producto bandera, el Anís Nájar, pues su fórmula no ha variado en 165 años, como no ha cambiado tampoco la fórmula de trabajo basada en una cuestión de confianza y vínculos familiares.  
Actualmente, la Industria Licorera Manuel Muñoz–Nájar S. A. está en manos de los miembros de la quinta y sexta generaciones de la familia, quienes han modernizado y diversificado la producción en varias marcas sin alterar la calidad de su producto bandera, el Anís Nájar, pues su fórmula no ha variado en 165 años, como no ha cambiado tampoco la fórmula de trabajo basada en una cuestión de confianza y vínculos familiares.  


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La gestión de la firma, de otro lado, se ha fortalecido gracias a la visión empresarial de las generaciones más jóvenes. Sus órganos de gobierno, como el Directorio y la Junta de Accionistas, cuentan con miembros independientes y un protocolo familiar ha marcado la pauta de una administración moderna y que funciona como un reloj. Además, de acuerdo con los tiempos, la empresa apuesta por la paridad de género de sus colaboradores y, así como no ha variado la fórmula de elaboración del anisado, sostiene incólume una tradición de 165 años.
La gestión de la firma, de otro lado, se ha fortalecido gracias a la visión empresarial de las generaciones más jóvenes. Sus órganos de gobierno, como el Directorio y la Junta de Accionistas, cuentan con miembros independientes y un protocolo familiar ha marcado la pauta de una administración moderna y que funciona como un reloj. Además, de acuerdo con los tiempos, la empresa apuesta por la paridad de género de sus colaboradores y, así como no ha variado la fórmula de elaboración del anisado, sostiene incólume una tradición de 165 años.
 
[[Archivo:ZR 12 - 11 - Casonas de sillar.jpg|right|thumb|Arequipa tiene innumerables casonas de sillar que forman parte del Centro Histórico, reconocidas hoy como parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO|250px]]
Hoy en día todo comienza en un laboratorio inmaculado. Allí se inicia el control de la materia prima que ingresa a la fábrica, de los productos intermedios y de los que finalmente salen el mercado. De esta manera, pasan por la lupa de los ingenieros químicos desde el anís en grano (proveniente de Curahuasi, Arequipa), el alcohol extraneutro (de doble destilación) y el almíbar, hasta los llamados bonificadores (clavo de olor, ciruelas secas, anís estrella, hinojo, canela y otros ingredientes secretos). Luego son inspeccionados los productos intermedios: el aguardiente
Hoy en día todo comienza en un laboratorio inmaculado. Allí se inicia el control de la materia prima que ingresa a la fábrica, de los productos intermedios y de los que finalmente salen el mercado. De esta manera, pasan por la lupa de los ingenieros químicos desde el anís en grano (proveniente de Curahuasi, Arequipa), el alcohol extraneutro (de doble destilación) y el almíbar, hasta los llamados bonificadores (clavo de olor, ciruelas secas, anís estrella, hinojo, canela y otros ingredientes secretos). Luego son inspeccionados los productos intermedios: el aguardiente
(mezcla de alcohol con agua ionizada), el anís y los bonificadores ya macerados en ese aguardiente, el almíbar y finalmente el anisado que va a ser embotellado. Este último ha sido debidamente formulado de acuerdo a la calificación que tendrá su etiqueta: seco, semidulce o crema.
(mezcla de alcohol con agua ionizada), el anís y los bonificadores ya macerados en ese aguardiente, el almíbar y finalmente el anisado que va a ser embotellado. Este último ha sido debidamente formulado de acuerdo a la calificación que tendrá su etiqueta: seco, semidulce o crema.


Desde el 2007, la Bodega Nájar ha diversificado sus productos y ahora no solo produce el tradicional licor de anís (Anís Najar), que ya está viajando por el mundo, sino también pisco en sus variedades Italia, Quebranta, Acholado y Mosto Verde (Centenario Najar), vino (Señorío de Najar), espumante      (Señorío de Najar) y los “alferados” de uva y anís.
Desde el 2007, la Bodega Nájar ha diversificado sus productos y ahora no solo produce el tradicional licor de anís (Anís Najar), que ya está viajando por el mundo, sino también pisco en sus variedades Italia, Quebranta, Acholado y Mosto Verde (Centenario Najar), vino (Señorío de Najar), espumante      (Señorío de Najar) y los “alferados” de uva y anís.