Diferencia entre revisiones de «Historia de la Zona Registral N° X - Sede Cusco»

sin resumen de edición
Sin resumen de edición
Etiqueta: visualeditor-wikitext
Sin resumen de edición
(No se muestran 6 ediciones intermedias del mismo usuario)
Línea 15: Línea 15:
'''Título archivado:''' N° 8165, Asiento N° 474<br />
'''Título archivado:''' N° 8165, Asiento N° 474<br />
'''Firmado por:''' Dr. Wilber Álvarez Monterola.<br />
'''Firmado por:''' Dr. Wilber Álvarez Monterola.<br />
 
[[Archivo:ZR 10 - Macchu Picchu.jpg|left|thumb|Machu Picchu fue declarado Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1981|300px]]
De acuerdo al arqueólogo Federico Kauffmann Doig , la construcción de Machu Picchu data del último tercio del siglo XV, dentro de los predios de Vilcabamba, en la región de los Andes Amazónicos. “Aunque los pormenores de su pasado tal vez no lleguen jamás a ser esclarecidos en términos generales, estimamos que su función primordial fue servir como centro administrativo de la producción de alimentos cultivados en terrazas de labranza o andenes
De acuerdo al arqueólogo Federico Kauffmann Doig , la construcción de Machu Picchu data del último tercio del siglo XV, dentro de los predios de Vilcabamba, en la región de los Andes Amazónicos. “Aunque los pormenores de su pasado tal vez no lleguen jamás a ser esclarecidos en términos generales, estimamos que su función primordial fue servir como centro administrativo de la producción de alimentos cultivados en terrazas de labranza o andenes
construidos en las escarpadas pendientes andinas y, al mismo tiempo, como sede de rituales dirigidos a obtener el beneplácito de los dioses de los que
construidos en las escarpadas pendientes andinas y, al mismo tiempo, como sede de rituales dirigidos a obtener el beneplácito de los dioses de los que
Línea 34: Línea 34:


'''Registro:''' Partida Registral Nº 02016766.<br />
'''Registro:''' Partida Registral Nº 02016766.<br />
 
[[Archivo:ZR 10 - 03 - La Casa Museo del Inca Garcilaso de la Vega.jpg|right|thumb|La casona es hoy el Museo Regional del Cusco|300px]]
El Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616) es el primer gran escritor hispanoamericano. Así lo confirman sus crónicas, La Florida del Inca (1605) y los Comentarios reales (1609, 1617). La admiración que sintieron por él los humanistas españoles y la devoción con la cual citaron los textos del autor cuzqueño corroboran su prestigio en la época. Comentarios reales, su obra maestra, se tradujo pronto a otros idiomas europeos, y alcanzó fama literaria tanto por la novedad del material incluido como por el origen del autor. A través de la crónica, el Inca Garcilaso insiste en su ascendencia indígena,
El Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616) es el primer gran escritor hispanoamericano. Así lo confirman sus crónicas, La Florida del Inca (1605) y los Comentarios reales (1609, 1617). La admiración que sintieron por él los humanistas españoles y la devoción con la cual citaron los textos del autor cuzqueño corroboran su prestigio en la época. Comentarios reales, su obra maestra, se tradujo pronto a otros idiomas europeos, y alcanzó fama literaria tanto por la novedad del material incluido como por el origen del autor. A través de la crónica, el Inca Garcilaso insiste en su ascendencia indígena,
conocimiento del quechua, acceso a fuentes primarias y el haber sido testigo presencial de muchos de los sucesos narrados.
conocimiento del quechua, acceso a fuentes primarias y el haber sido testigo presencial de muchos de los sucesos narrados.
Línea 40: Línea 40:
Con estas palabras introductorias al Munilibro Garcilaso de la Vega, el Inca cronista, Raquel Chang-Rodríguez, doctora en antropología, arqueología, historia y lingüística andinas, así como reconocida estudiosa de la obra de Garcilaso, resume su importancia y, en consecuencia, refrenda también el significado de la inscripción en los Registros Públicos de la hermosa casona en la que habitó el Inca, en el corazón de la ciudad del Cusco.
Con estas palabras introductorias al Munilibro Garcilaso de la Vega, el Inca cronista, Raquel Chang-Rodríguez, doctora en antropología, arqueología, historia y lingüística andinas, así como reconocida estudiosa de la obra de Garcilaso, resume su importancia y, en consecuencia, refrenda también el significado de la inscripción en los Registros Públicos de la hermosa casona en la que habitó el Inca, en el corazón de la ciudad del Cusco.


Ubicada en la calle Heladeros (en la Plaza del Regocijo, antes llamada Cusipata), la casa en la que  vivió Garcilaso desde que tuvo diez años, cuando su padre se casó con Luisa Martel de los Ríos, hasta que cumplió los veinte y partió a España, data del siglo XVI, “correspondiendo a las edificaciones civiles de palacios menores o casonas de la época colonial. Se levantó sobre andenes inkas que conformaban la plaza de Kusipata”. Desde 1946, el histórico predio alberga el Museo de Historia Regional del Cusco. Según se asevera en la página web del Museo, “después de los movimientos sísmicos de 1986 y 1989, el Instituto Nacional de Cultura delegó al arquitecto Alcides Enríquez Peláez para realizar trabajos de consolidación estructural e intervención integral de las cubiertas de la casona colonial, adecuando el inmueble para uso de museo, donde se incluyó trabajos de consolidación en los arcos de piedra y ladrillo, se renovó el muro de quincha del segundo nivel que da a la calle Heladeros, así como gran parte de la carpintería de madera”.  
Ubicada en la calle Heladeros (en la Plaza del Regocijo, antes llamada Cusipata), la casa en la que  vivió Garcilaso desde que tuvo diez años, cuando su padre se casó con Luisa Martel de los Ríos, hasta que cumplió los veinte y partió a España, data del siglo XVI, “correspondiendo a las edificaciones civiles de palacios menores o casonas de la época colonial. Se levantó sobre andenes inkas que conformaban la plaza de Kusipata”. Desde 1946, el histórico predio alberga el Museo de Historia Regional del Cusco. Según se asevera en la página web del Museo, “después de los movimientos sísmicos de 1986 y 1989, el Instituto Nacional de Cultura delegó al arquitecto Alcides Enríquez Peláez para realizar trabajos de consolidación estructural e intervención integral de las cubiertas de la casona colonial, adecuando el inmueble para uso de museo, donde se incluyó trabajos de consolidación en los arcos de piedra y ladrillo, se renovó el muro de quincha del segundo nivel que da a la calle Heladeros, así como gran parte de la carpintería de madera”.


===3. Monasterio de Santa Teresa===
===3. Monasterio de Santa Teresa===
Línea 47: Línea 47:
'''Título archivado:''' N° 2000306, Tomo 57.<br />
'''Título archivado:''' N° 2000306, Tomo 57.<br />
'''Firmada por:''' Dr. José Vega Centeno.<br />
'''Firmada por:''' Dr. José Vega Centeno.<br />
 
[[Archivo:ZR 10 - 04 - Monasterio de Santa Teresa.jpg|left|thumb|El monasterio de Santa Teresa albergó en sus inicios a 21 monjas de clausura|300px]]
En el año 1673, seis monjas llegaron al Cusco desde Chuquisaca (Bolivia) para fundar el convento carmelita que hoy se conoce como monasterio de San José y Santa Teresa. Quien solicitó la licencia real para tal propósito fue don Antonio de Zea, caballero de la orden de Santiago, secundado por su esposa.  
En el año 1673, seis monjas llegaron al Cusco desde Chuquisaca (Bolivia) para fundar el convento carmelita que hoy se conoce como monasterio de San José y Santa Teresa. Quien solicitó la licencia real para tal propósito fue don Antonio de Zea, caballero de la orden de Santiago, secundado por su esposa.  


Línea 54: Línea 54:
Las fundadoras que llegaron de Chuquisaca fueron la madre Antonia Teresa del Espíritu Santo, que iba de priora, e Inés de Jesús María como superiora, arequipeñas ambas; además de Nicolasa Clara de Jesús, quien sería la maestra de novicias. En Potosí se les juntaron tres novicias. Arribaron al Cusco
Las fundadoras que llegaron de Chuquisaca fueron la madre Antonia Teresa del Espíritu Santo, que iba de priora, e Inés de Jesús María como superiora, arequipeñas ambas; además de Nicolasa Clara de Jesús, quien sería la maestra de novicias. En Potosí se les juntaron tres novicias. Arribaron al Cusco
el 12 de octubre de 1673 y, mientras se organizaban, se alojaron en casa de los señores de Zea.
el 12 de octubre de 1673 y, mientras se organizaban, se alojaron en casa de los señores de Zea.
 
[[Archivo:ZR 10 - 05 - Partida Registral N° 02020507.jpg|right|border|200px]]
El domingo 22 del mismo mes de octubre fue el día inaugural. Concurrieron las seis religiosas a la catedral; allí las esperaban autoridades civiles y eclesiásticas con notable gentío, y saliendo en procesión con algunas imágenes y el Santísimo Sacramento fueron recorriendo las principales calles
El domingo 22 del mismo mes de octubre fue el día inaugural. Concurrieron las seis religiosas a la catedral; allí las esperaban autoridades civiles y eclesiásticas con notable gentío, y saliendo en procesión con algunas imágenes y el Santísimo Sacramento fueron recorriendo las principales calles
hasta entrar en la clausura por la puerta que daba la calle Montero. Fue colocado el Santísimo en una improvisada capilla dentro del convento, recibió la
hasta entrar en la clausura por la puerta que daba la calle Montero. Fue colocado el Santísimo en una improvisada capilla dentro del convento, recibió la
Línea 71: Línea 71:
'''Registro:''' Partida Registral N° 02027114, Tomo 93, foja 249.<br />
'''Registro:''' Partida Registral N° 02027114, Tomo 93, foja 249.<br />
'''Firmada por:''' Dr. Glalar.<br />
'''Firmada por:''' Dr. Glalar.<br />
 
[[Archivo:ZR 10 - 06 - Monasterio de Santa Catalina.jpg|left|thumb|El monasterio de Santa Catalina fue fundado en 1604 y se terminó de construir en 1643|300px]]
A finales de  enero de 1600, la violenta erupción del volcán Huaynaputina no solo afectó a Moquegua, la ciudad que lo cobija, sino que cubrió de cenizas y polvo el cielo arequipeño. Lo oscureció por más de siete días dañando y destruyendo el campo y la urbe. Dos semanas después, el 19 de febrero, por efectos de la erupción, un terremoto (cuya réplica más fuerte tuvo lugar el día 28 del mismo mes) dejó en ruinas a gran parte de Arequipa. Como si el castigo no hubiese sido suficiente. Esos desastres, quién lo diría, originaron la creación del monasterio de Santa Catalina de Siena en el Cusco.
A finales de  enero de 1600, la violenta erupción del volcán Huaynaputina no solo afectó a Moquegua, la ciudad que lo cobija, sino que cubrió de cenizas y polvo el cielo arequipeño. Lo oscureció por más de siete días dañando y destruyendo el campo y la urbe. Dos semanas después, el 19 de febrero, por efectos de la erupción, un terremoto (cuya réplica más fuerte tuvo lugar el día 28 del mismo mes) dejó en ruinas a gran parte de Arequipa. Como si el castigo no hubiese sido suficiente. Esos desastres, quién lo diría, originaron la creación del monasterio de Santa Catalina de Siena en el Cusco.
 
[[Archivo:ZR 10 - 07 - El histórico registro del monasterio de Santa Catalina en el Cusco.jpg|right|thumb|El histórico registro del monasterio de Santa Catalina en el Cusco|250px]]
Ocurre que, alrededor de 1595, el capitán Gerónimo Pacheco, padre de Isabel de Padilla, monja y segunda priora del único monasterio de religiosas mujeres que había en Arequipa, el de Santa Catalina de Siena —fundado en 1579 por María de Guzmán—, decidió asignar una buena cantidad de dinero para la creación de otro monasterio, también de la orden dominica, pero bajo la advocación de Nuestra señora de los Remedios. Si bien las monjas que ya habitaban Santa Catalina, sobre todo su fundadora y otras importantes autoridades de Arequipa, se opusieron a ello porque, entre otras cosas, no querían que tanto Isabel de Padilla como otra hermana salieran de Santa Catalina para trasladarse al nuevo cenobio, y porque este perjudicaría la entonces alicaída economía del monasterio existente la monja Padilla llegó a abrir el nuevo convento en 1599.
Ocurre que, alrededor de 1595, el capitán Gerónimo Pacheco, padre de Isabel de Padilla, monja y segunda priora del único monasterio de religiosas mujeres que había en Arequipa, el de Santa Catalina de Siena —fundado en 1579 por María de Guzmán—, decidió asignar una buena cantidad de dinero para la creación de otro monasterio, también de la orden dominica, pero bajo la advocación de Nuestra señora de los Remedios. Si bien las monjas que ya habitaban Santa Catalina, sobre todo su fundadora y otras importantes autoridades de Arequipa, se opusieron a ello porque, entre otras cosas, no querían que tanto Isabel de Padilla como otra hermana salieran de Santa Catalina para trasladarse al nuevo cenobio, y porque este perjudicaría la entonces alicaída economía del monasterio existente la monja Padilla llegó a abrir el nuevo convento en 1599.
 
[[Archivo:ZR 10 - 08 - Partida Registral N° 02027114, Tomo 93, foja 249.jpg|right|border|200px]]
Dos años después de los mencionados desastres y para colaborar con la recuperación de la ciudad, el obispo de Cusco Antonio de la Raya —bajo cuya jurisdicción estaba Arequipa— ordenó el traslado a esa ciudad de las pocas monjas que a ese punto poblaban Nuestra Señora de los Remedios, y otras tantas de Santa Catalina, con el fin de fundar allí un monasterio dominico. Se cerraron así unas puertas para abrirse otras y en lugar privilegiado. Y es que el monasterio cusqueño se erigió sobre un acllahuasi o Casa de las Vírgenes del Sol. Su fundación se llevó a cabo en 1604 y su construcción se terminó en 1643.  Después del  terremoto de 1650, el monasterio tuvo que reconstruirse casi en su totalidad, quedando completamente rehecho en 1669.
Dos años después de los mencionados desastres y para colaborar con la recuperación de la ciudad, el obispo de Cusco Antonio de la Raya —bajo cuya jurisdicción estaba Arequipa— ordenó el traslado a esa ciudad de las pocas monjas que a ese punto poblaban Nuestra Señora de los Remedios, y otras tantas de Santa Catalina, con el fin de fundar allí un monasterio dominico. Se cerraron así unas puertas para abrirse otras y en lugar privilegiado. Y es que el monasterio cusqueño se erigió sobre un acllahuasi o Casa de las Vírgenes del Sol. Su fundación se llevó a cabo en 1604 y su construcción se terminó en 1643.  Después del  terremoto de 1650, el monasterio tuvo que reconstruirse casi en su totalidad, quedando completamente rehecho en 1669.


Línea 81: Línea 81:


Ellas viven ahora en un lugar más reducido del convento, totalmente adecuado para su vida cotidiana y en absoluta privacidad. El torno continúa siendo su medio de comunicación con el resto del mundo. Desde allí venden tanto hostias como dulces de exquisita factura.
Ellas viven ahora en un lugar más reducido del convento, totalmente adecuado para su vida cotidiana y en absoluta privacidad. El torno continúa siendo su medio de comunicación con el resto del mundo. Desde allí venden tanto hostias como dulces de exquisita factura.
<u>Ver historia completa en el siguiente libro:</u> [https://drive.google.com/file/d/1T8cMNueiUvZ7s4wGtP3Kwe8VeTSeLBuj/view  Los Registros Públicos en la Historia del Perú]